Poema de la purga justa
He borrado los rostros que me miraban,
Los nombres que no me pronunciaban,
Las voces que no supieron leerme
Cuando yo era silencio pidiendo espacio.
He cortado el polvo de los vínculos vacíos,
Las cenizas de los gestos mecánicos,
Las manos que me aplaudían sin abrazarme.
He dejado de esperar nada
De allí donde no hay raíces.
Que os **** a todos,
No como grito
Sino como puerta cerrada
Con clavos de fuego y dignidad.
No rompáis mi nombre:
Lo he vuelto templo.
No vengáis detrás de mi:
Ya no soy camino.
No busquéis mi mirada:
Ahora es espejo reservado.
He borrado, limpiado, purgado.
No por odio.
Por supervivencia.
He dejado vivo solo aquello
Que ha sabido verme
Con las manos abiertas y el corazón despierto.
El resto... Fuera del sistema.
No me cierro. Me restablezca.
No olvido. Reprogramo.
No me pierdo. Me redibujo.
Esta es mi última respuesta:
Una ausencia llena de significado.
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